1. Ultrasonido: se utiliza para obtener imágenes en tiempo real del feto y evaluar su desarrollo y crecimiento. También se puede utilizar para detectar anomalías estructurales o genéticas.
2.  Amniocentesis: se realiza extrayendo una pequeña cantidad de líquido amniótico que rodea al feto. Este líquido contiene células fetales que se pueden analizar para detectar anomalías genéticas o cromosómicas.  
3. Muestreo de vellosidades coriónicas: se realiza extrayendo una pequeña muestra de tejido de la placenta. Este tejido también contiene células fetales que se pueden analizar para detectar anomalías genéticas o cromosómicas.
4.  Monitoreo fetal: se realiza para evaluar la frecuencia cardíaca del feto y detectar cualquier signo de sufrimiento fetal.
5.  Pruebas genéticas: se pueden realizar pruebas genéticas para detectar enfermedades genéticas o cromosómicas en el feto.

Una vez que se ha realizado el diagnóstico, el médico puede recomendar diferentes opciones de tratamiento, que pueden incluir:

•  Medicamentos: se pueden recetar medicamentos para tratar problemas médicos específicos, como la diabetes gestacional o la hipertensión.
• Cirugía fetal: en algunos casos, se puede realizar una cirugía fetal para corregir anomalías estructurales o tratar problemas médicos graves.
•  Parto prematuro: en casos de complicaciones graves, puede ser necesario inducir el parto antes de la fecha prevista para garantizar la salud y el bienestar de la madre y el feto.

En resumen, el procedimiento de medicina materno fetal es una rama especializada de la medicina que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de problemas médicos que afectan tanto a la madre como al feto durante el embarazo. Su objetivo es garantizar la salud y el bienestar de ambos a través de pruebas y evaluaciones médicas, así como de opciones de tratamiento adecuadas.